Luego de la fundación del pueblo de Turmero, me preguntaba cual debía ser el siguiente articulo a escribir; casi de lógica debería ser algo tan viejo como el pueblo y que todavía estuviera en pie; pensé yo, estas reflexiones las hacia mientras subía el cerro El Picacho el domingo en la mañana temprano, y claro, por supuesto, que mas viejo que los cerros? Estaba exactamente sobre mi siguiente artículo.
Este cerro estuvo allí como testigo mudo de toda la historia de estas tierras; cuando llegaron las primeras tribus de indios; cuando llegaron los primeros Europeos, cuando se procedió a fijar el sitio para la construcción de la primera iglesia, de su plaza, de su cementerio, y hasta sea muy probable que los fundadores Gabriel de Mendoza y Pedro Gutiérrez, hayan escogido el sitio indicado tomando en cuenta entre otros factores la ubicación cercana de este cerro. Igualmente vio crecer el pueblo y seguramente cerca o sobre él mismo se libro alguna escaramuza de guerra en la época independentista y finalmente vio como de pueblo se transformaba en una ciudad y como crecían a su alrededor edificios y urbanizaciones, y una gran explosión demográfica de finales de siglo XX. Este gran cumulo de personas con diversas necesidades de servicios públicos, de alimentación, y diversión y esparcimiento vieron en este cerro un medio para ejercitarse, y relajarse de las actividades cotidianas y del stress diario.
Por este cerro desfilan diariamente muchas personas, pero especialmente los fines de semana suben muchos deportistas que entrenan sus músculos y desarrollan su capacidad pulmonar, muchas otras personas entradas un poco en años para mantenerse bien de salud y principalmente familias con sus hijos que les sirve como un paseo para tener un día distinto, ya que lamentablemente son pocas las opciones que hay de entretenimiento y diversión a menos que uno salga un día de playa a las costas Aragüeñas o ir a los distintos centros comerciales que hay en Maracay.
Son las seis de la mañana de un día domingo y suena el despertador, me levanto y tomo un baño rápido, mis shorts una franela fresca, mis zapatos deportivos y una Gorra componen mi atuendo y salgo a caminar desde La mantuana hasta las faldas del cerro El Picacho y comienzo a subir por la vía que da hacia el tanque de agua por detrás del ambulatorio de Turmero. La subida del picacho tiene básicamente dos partes, la primera que es hasta donde llaman la escalera, que es donde llegamos la mayoría ya que el grado de dificultad de las subidas son mas suaves y la segunda parte desde las escaleras hasta la cima; que es la parte mas empinada del recorrido, el recorrido hasta la cima paseando, se puede hacer en una hora y media a dos horas.
La primera subida es un callejón amplio un poco empinado hasta el tanque de agua construido en los años 70 lo cual hace que comiencen a calentarse los músculos de las piernas; en la meseta donde esta el tanque de agua se empareja el terreno y mientras caminamos podemos recuperar el aliento.
La siguiente subida es ya por una trocha bastante empinada y muy erosionada por el agua y es donde comienzan a doler los músculos, rápidamente se empareja y caminamos al lado del precipicio y nuevamente comienza un subida fuerte hasta una mata de cují muy frondosa que llaman el árbol de los novios, (muy adecuado el nombre).
Caminamos un rato y comienza la primera loma que es rocosa lo cual se asemeja a subir las escaleras de un edificio y es donde desaparece el dolor de los músculos de las piernas, llegamos a la cima bajamos un poco y comienza la subida de la segunda loma la cual es un trayecto mas corto subiendo, pero mucho mas largo bajando y también con muchas rocas.
Al terminar de bajar la segunda loma nuevamente comienza el ascenso de la tercera loma que es mas larga que la primera y la segunda y con algo de rocas en algunas partes de su recorrido, al termino de esta tercera loma solamente tenemos un pequeño trayecto que se empareja que solamente nos da tiempo a recuperar un poco el aliento.
Finalmente viene una subida no muy inclinada pero si mas larga que concluye en la zona conocida como las escaleras, donde alguien construyo un tramo de cuatro o cinco peldaños de escaleras de dos metros aproximados de ancho en cemento, (no me imagino como llevarían los materiales hasta allí).Y aquí termina la primera parte del ascenso al picacho.
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