El Picacho de Turmero, ubicado en el municipio Santiago Mariño, con una altura de 954 metros sobre el nivel del mar, esta gran montaña se encuentra al este de la capital y desde Turmero se puede subir por tres zonas principalmente, la primera por la parte izquierda por las áreas verdes que quedan detrás del liceo Ramón Bastidas, la segunda, por el centro, por detrás del ambulatorio de Turmero; por la vía que lleva al tanque de agua y la ultima, por la derecha por la urbanización Valle Fresco.
Vamos primero a describir el segundo tramo de la subida al picacho: ya estando en la zona conocida como “la escalera” se continua el ascenso por una trocha muy erosionada y muy empinada y es en este trayecto donde nos vamos a tardar mas ya que es el de mayor dificultad por su grado de inclinación (entre 30º y 40º); esta zona la llaman “La Pared” y con mucha razón ya que a pesar que es un trayecto relativamente no muy largo, es el que requiere de mayor esfuerzo físico de todos.
Luego de pasar “La Pared” llegamos al trayecto mas bonito ya que a pesar que continuamos el ascenso ya las subidas no son tan inclinadas y los tramos no son tan difíciles y la subida se convierte en un paseo por una trocha rodeadas por gramíneas y arbustos, hay mucha brisa, el clima es mas benigno y los paisajes son extraordinarios, bien vele el esfuerzo de llegar hasta allí.
Finalmente lo que queda caminar es un trayecto por una trocha muy estrecha con algunas enormes piedras de un lado y un gran precipicio del otro (a pesar que no representa mucho riesgo, hay que hacer esta parte con mucho cuidado, un resbalón puede ocasionar un accidente) y se llega a la base de la cima la cual se termina de escalar por una trocha ancha y muy inclinada y se escoge, el punto mas adecuado para terminar de llegar a la cima, en ella conseguimos rocas de gran tamaño una cruz y una bandera nacional. Desde aquí tenemos una vista de 360º y podemos ver desde el lago de Valencia, la laguna de Taiguaiguay, y Zuata, las ciudades de Maracay, Cagua, Santa Cruz y por supuesto todo Turmero y sus zonas aledañas.
Para todas las personas que subimos el picacho nos representa distintas cosas; pero en general lo que se busca es salud, físico y esparcimiento; Normalmente en las bajadas o subidas nos conseguimos con personas que harán este recorrido solamente una vez, así como otras que siempre las vemos los fines de semana y uno ya los conoce y a la larga comienza a interactuar y a saber y a conocer a las personas que suben el cerro con frecuencia y se vuelven personas conocidas, como por ejemplo una señora ya muy mayor con mas de 70 años que siempre subía muy lentamente, con su mascota una perra collíe y que con el tiempo se le enfermo y ya no la vimos mas por allí, el anciano de 83 años que nos causaba asombro por que no fallaba ningún domingo y así estuvo hasta que ya no subió mas, alguien al tiempo me comento que había fallecido, también esta la historia de unos perros que fueron abandonados en el cerro y que siempre acompañan a las personas cuando suben y luego a otras al bajar, (a mi me han acompañado en un par de ocasiones), circula también una información, que mas bien parece una leyenda urbana que cuenta la historia de una persona que se ahorco en un árbol muy frondoso en la zona de la pared y los policías que tuvieron que subir para hacer el procedimiento legal se quejaban amargamente del por que no se ahorco en alguna parte mas baja del cerro; y así se van acumulando las historias y anécdotas de los que por allí subimos y disfrutamos de tantas cosas que el cerro nos ofrece y que solo pide una cosa, que no lo ensuciemos y recojamos los desperdicios que veamos, de esa manera se conservara para el disfrute de todos y de las generaciones por venir.